Comando Patio
La situación en el número 33 de la calle Castilla de Santander es cuanto menos insostenible y, en términos extremos, indefinible. El acceso a las viviendas pasa por el portal, un portal que se transforma en un autentico Parchis para aquel que padece una incapacidad física.

Un propietario en silla de ruedas para llegar hasta la puerta de su casa debe superar unas cuantas pruebas dignas del Grand Prix. En primer lugar debe llegar hasta la puerta principal del portal y para ello tiene dos opciones: subir 3 escalones o bien tomar una rampa curva de importante pendiente. Tras el primer show toca acceder hasta cualquiera de los 3 ascensores, bien, en este caso disponemos nuevamente de dos opciones ya sea subir nuevamente escaleras o tomar una nueva rampa, ésta con menos pendiente pero con la entrada al lado opuesto del portal con un giro-curva considerable para después poder coger un elevador. Este elevador tiene su particular prueba y es que, o pesas 50 kilos o más te vale no tener una silla, digamos normal de peso, porque el gracioso elevador no se mueve de donde está y por supuesto debes tener a un amable vecino que te active dicho aparato porque no se puede subir a la par que mantienes la llave en contacto. Si superas todos los pasos eres un campeón si no, es que eres tonto.

Los vecinos piden desde hace tiempo el arreglo del portal y ya que deben pagar las derramas que menos que un portal cómodo. La solución idónea sería bajar los ascensores lo más posible al nivel de la calle y crear una rampa que no te haga pensar que estás en el Gran Premio de Montmelo.

Todo esto es muy lógico pero debemos destacar que en el 33 de la Calle Castilla viven, sobre todo por las plantas bajas, personas que no conocen la lógica y entre ellas el señor Presidente de la Comunidad. A este le siguen la Primera Dama, la Primera Hija y el Primer Perro (en sentido literal) entre todos suman tres pisos del inmueble lo que supondría pagar tres derramas (Aprf!). En resumen, que por los santos cojones del gobierno vecinal, como diría mi querido Juan Diego, no se bajan los ascensores y punto en boca.

El comando patio, como cariñosamente los llamo, ha iniciado una serie de actuaciones vandálicas contra los vecinos que apoyamos la bajada de los ascensores. Entre ellas introducir un palillo a las 2:15 de la madrugada en el timbre de mi piso y semanas después inhabilitar el acceso a la vivienda de un vecino introduciendo palillos con pegamento en su cerradura. Además, la Primera Hija avasalló a un vecino a punto de sufrir un infarto y la Primera Dama a la hija del mismo y todo esto por la módica lógica de la sin razón, la desvergüenza y la inexistente educación con la que cuentan.

Dos denuncias son el resultado contra el Comando Patio y de las dos denuncias soy gustosa testigo. En dos horas comienza la última reunión acordada para llegar a una solución pero seguro que el Comando Patio nos sorprende con una de las suyas.

Seguiremos informando.