Patadas millonarias

En España el 1,7 del Producto Interior Bruto corresponde al Fútbol, un deporte de 42 empresas que dan forma a la Liga de Fútbol Profesional y que aporta alrededor de 9.000 millones de euros anuales a la economía española.
Detrás de los 22 jugadores que saltan al terreno de juego a dar patadas a un balón hay mucho más. No tiene que ver con las alegrías o con las lágrimas de una victoria o una amarga derrota. Tiene que ver con aquello que mueve el mundo, el dinero. Las 42 empresas que conforman la Liga de Fútbol Profesional tienen un presupuesto de ingresos que asciende a 2.117 millones de euros, por 1.947 millones de euros gastados. Con estas cifras, el fútbol alcanza el puesto de decimoséptima economía mundial.
La FIFA tiene 206 federaciones repartidas por todo el mundo con sus correspondientes ingresos mientras, por ejemplo, la ONU cuenta con 198 delegaciones mundiales. Todo por un solo deporte.
El rey de los deportes aporta anualmente cerca de 9.000 millones de euros a la economía española según la RFEF, y como ejemplo, tan solo la quiniela supone 500 millones de euros anuales repartidos en cerca de 13 millones cada jornada de liga. El fútbol español crea 85.000 puestos de trabajo ya sean directos o indirectos, 14 millones de personas acuden a los campos cada domingo a ver a sus equipos sin contar la cifra que se registra de 174 millones de personas ven la LFP por televisión en todo el mundo según la empresa auditora Deloitte. Según el CIS el 54% de la población española se considera seguidora del fútbol y los más fieles seguidores con el 62% son los jóvenes de entre 18 y 24 años.
Esta autentica pasión por el fútbol sentida por millones de aficionados se convierte en un beneficio astronómico para futbolistas, representantes, clubs de fútbol, dirigentes deportivos, periodistas, medios de comunicación, agencias de publicidad  y un gran entramado de  empresas que giran o se relacionan con el balompié. Todo tiene su respuesta, este deporte mueve cantidades industriales de dinero debido a que se desarrolla una conjunción sinfín de sentimientos, risas, lloros, ánimos, desánimos, rabia, emoción sin límites y en definitiva “una hermosa pasión que les hace sentir vivos a muchos”, como declara el ex árbitro, Ramiro Arce.
El pasado Mundial de Sudáfrica, celebrado entre junio y julio donde “La Roja” alzó la copa de oro por la que sueñan todas las selecciones del mundo, supuso un ingreso de 20,5 millones de euros para la RFEF. Con esa cantidad el fútbol español alcanzó su máxima expansión.
Las estrellas que hoy están valoradas en cifras que van desde los 60 hasta los 90 millones de euros como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, actuales amos y señores del césped, se formaron en la calle, en campos de tierra, muy lejos de las masas de aficionados que mueven en la actualidad. “El fútbol aficionado, bajo el cobijo de la RFEF, es el paso previo e imprescindible para un deporte que mueve sentimientos y dinero por igual - dice Alfonso Pérez Burrull, ex árbitro cántabro de la Primera División Española – todo empieza en la calle”.
Hay quienes odian el fútbol
Pérez Burrull dice no entender el odio de algunas personas hacia el fútbol. “Te puede gustar más o menos pero no se puede odiar algo que te da tanto”.
Hoy, miércoles 20 de abril, se disputa la final de Copa del Rey entre el F.C.Barcelona y el Real Madrid, y ante este evento el ex árbitro dice: “Lo de hoy no sólo es un partido para el deleite, los ingresos que va a tener Valencia como ciudad son mayúsculos, esos dos equipos podrían mover el planeta solos”.
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