La gran cortina de humo
Cerca de 500 manifestantes alzan la voz contra la Ley Antitabaco más prohibitiva de Europa, hosteleros y fumadores reclaman sus derechos a las puertas del Parlamento Cántabro

Atrás quedaron los años en los que el fumador podía disfrutar de un café, una cerveza o un Barça- Madrid mientras se relajaba con un cigarro. La Ley Antitabaco ha borrado del mapa viejas costumbres que miles de fumadores no perdonan y con ella, la combinación local público – tabaco ya es historia. Muchos fumadores y hosteleros cuestionan las verdaderas intenciones de la ley que entró en vigor el 2 de enero de 2011 como reforma de la aprobada en 2005 en la que se limitaban los espacios para fumadores.

La Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) manifestó su desacuerdo frente a las puertas del Parlamento Cántabro este fin de semana. Pedían respuestas económicas ante las reformas que realizaron para habilitar sus locales de cara a la ley de 2005, inversiones que, ahora, contemplan como “estúpidas”. Cientos de fumadores quisieron unirse a la AEHC en su protesta contra la Ley Antitabaco, considerando que sus derechos de ciudadano estaban siendo pisoteados por un colectivo de políticos que pretenden desviar la atención de la deplorable situación económica que atraviesa España.

Lo cierto es que, si la Ley Antitabaco está diseñada para combatir los efectos nocivos del tabaco lo lógico hubiera sido prohibir definitivamente su venta. El problema radica en esa cuestión, el Estado no prohíbe la venta de tabaco porque se lucra con los impuestos que representa la venta de una cajetilla, nada más y nada menos que de un 80%. Los fumadores no están dispuestos a que las arcas del estado se llenen a costa de su privación de libertad y así lo constataron en las calles de Santander este fin de semana bajo la consigna “Cansados de que se nos tome por tontos”.

El fumador es consciente de las consecuencias que conlleva fumar, pero proclama como propia la decisión de consumir tabaco.

Desde la aprobación de la Ley, los fumadores se han lanzado a las calles para consumir esos cigarrillos que no les permiten fumar en espacios públicos cerrados. El resultado de dicha acción suma cientos de miles de colillas arrojadas diariamente a las calles  con multas que van desde los 90 hasta los 500€, ante la imposibilidad de arrojarlas a las papeleras públicas por el peligro que entraña. “Si una Ley aprobada por el gobierno, no saca los cuartos al ciudadano, no es una buena Ley” ironizan los fumadores.

El otro lado de la moneda mantiene su escudo en base a los beneficios de la Ley. El Ministerio de Sanidad dice que los espacios libres de humo benefician al fumador pasivo, protegen al menor en los espacios que más transitan y los hosteleros pueden trabajar en condiciones más saludables. “El fumador no debe someter al resto de ciudadanos a respirar su humo” opinan los que llevan años sufriendo el tabaco sin quererlo.

España no es el primer país que realiza reformas en su legislación en lo referido al tabaco. Argentina, Venezuela o México en Latinoamérica, tienen una ley gemela a la de 2005 española que limitaba los espacios para fumadores. Holanda, Francia y Alemania en el resto de Europa son algunos de los países que cumplen a rajatabla la Ley Antitabaco, donde no se ha levantado tanta polémica como en España. El Parlamento español aprobó la normativa antitabaco más prohibitiva de la Unión Europea, y una de las más radicales del mundo, sólo superada por países como Bután, Corea del Norte o Guatemala.

Actualmente el resto de Europa está dando marcha atrás en este tema, ya que en 24 de los 27 países de la Unión Europea que cuentan con leyes antitabaco, existen zonas especialmente habilitadas para los fumadores. Además, países como Holanda, Bélgica, Bulgaria, Croacia y Grecia han rectificado algunas de las leyes aprobadas para permitir nuevos espacios para fumadores.

La brecha fiscal

Uno de los Hosteleros Cántabros que no ha querido dar su nombre, ha llegado a plantearse convertir su local en asociación privada a las que se acceda mediante invitación. Hecha la Ley hecha la trampa que decía aquel, de esa manera su local no sería público sino privado y la ley no le afectaría en absoluto.


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