Al baño María

El motivo de estos días sin actividad por mi blog está justificado (en realidad eso debéis juzgarlo vosotros) ya que estaba maquetando y dando los últimos retoques a lo que a continuación leeréis. Llevaba semanas pensando en hacer este artículo y finalmente me he decidido aprovechando el descanso navideño y el tiempo libre. El tema: las vivencias de los taxistas santanderinos.

Todo hay que decirlo, el topicazo tema tiempo sigue en vigor. La mayoría de los taxistas formulan la siguiente frase para entablar conversación “Vaya tiempo tenemos eh!” Lo cual entre otros temas te permite llegar a la conclusión de que bonito es Santander y por extensión Cantabria. “De alguna manera hay que mantener el verde que tenemos” comentaba uno.

En el trayecto del Sardinero a la Calle Castilla un taxista me relataba una anécdota por la cual el se sentía muy orgulloso “Hace seis o siete meses, se perdió un señor que padecía de Alzheimer y a uno de sus familiares (aparte de llamar a la policía) se le ocurrió la idea de llamar a Radiotaxi para dar la descripción del señorín y curiosamente a la hora siguiente le encontré” (Risas). Otra anécdota similar me comentaba una taxista, no obstante, referida a un perro.

De noche las vivencias de los taxistas son únicas, “En su día tuve que parar el taxi en mitad de la bajada de polio para quitarle de encima a una chica a su novio, la estaba matando, se me encogió todo cuando vi la escena y realmente lo pienso ahora y tenía dos opciones, o pasar de largo o llevarme dos hostias en el intento de ayudar a la muchacha”.

¿Qué tipo de cosas han encontrado de noche? Es la pregunta que más formulo a los taxistas y a pesar de haber destacado la mencionada en el anterior párrafo, no debo dejar de citar algunas más. “Cuando la gente dice eso de ¡Qué loca está la juventud! No saben que los que más podemos corroborarlo somos nosotros. Yo he visto a niñas de la edad de mi hija espatarradas en el suelo vomitándose encima. He visto peleas con navajas, sangre para reabastecer Valdecilla y también hay que decirlo me he reído mucho escuchando a grupos de chavales y chavalas.” relataba como si pudiera seguir horas hablando de ello.“Lo que más me puede sorprender a mi es darme cuenta de que no solo son críos los que se emborrachan para tres días, hay gente de todo tipo, me acuerdo de una mujer que celebraba su despedida de soltera y a las 5 o 6 de la mañana llamó por teléfono a su novio para decirle que no podía casarse por que se había dado cuenta de que vivir la vida era mejor, estaba borrachísima” el tono de este taxista era de absoluta indignación. “Las conversaciones por teléfono son para escribir un libro y encima ¡Cómo hablan!, tía, vaya jari, menudo pedo, uno se queda alucinado…”

Ante la pregunta ¿Alguna bronca en el taxi? He encontrado toda clase de respuestas “Bronca gorda ninguna, pero hay veces que no tienes el día y hay gente que entra aquí creyéndose el dueño del taxi” comentaba uno. “Si, muchas, uno es taxista, pero no tiene por que aguantar impertinencias, en una ocasión un hombre se negó a pagarme si no era con un billete de 100, además es que me estaba vacilando por que yo veía billetes de 10 y de 5 en su cartera, yo no podía dejar el taxi solo asique le dije que no hacía falta que me pagara y llamé a central para indicar que desde el número de teléfono mediante el cual se había pedido el servicio le anotaran la deuda, eso quiere decir que si volvían a llamar a un taxi desde ese número a la carrera propia se le sumaría la de aquel día.” esta respuesta me sorprendió por su contenido, da verguenza pensar que aún queden hombres con semejante aire de superioridad al igual que en la siguiente cita. “Nunca alguna de llegar a las manos, pero si palabras mayores con un señor que me obligó a dar la vuelta por que ese camino no le gustaba y me metió en un atasco memorable, yo le dije que era por bien suyo y el me gritó que no me había pedido mi opinión y que me callara a no ser que él se dirigiera a mi.”

Pregunto a las mujeres taxistas ¿Se oye mucho eso de “mujer tenias que ser”? Por pura casualidad realicé esta pregunta a la primera mujer taxista de Santander entre otras 4 más. Al momento ella se identificó como tal con una sonrisa de oreja a oreja “¡Yo he sido la primera mujer taxista! Y sí, algunos se agarran al clavo ardiendo de que somos mujeres cuando cometemos un error y es para echarse a reír, ya que todo el mundo sabe que las mujeres al volante somos mucho más prudentes que los hombres.” Además me añadió que “Al principio muchos se subían al taxi y yo creo que pensaban ¡Ahí va!..Es una mujer.”

Otra mujer taxista me comentó “Lo que mas gracia me hace de todo es que a veces el asiento de atrás es un poco como el diván del psiquiatra, te cuentan todo, sobre todo las señoras mayores, de su soledad y de su familia. Te cuentan cosas que no dirían a un amigo ni a un pariente.” Una de las respuestas que mas me ha sorprendido es la siguiente “Hay gente que me dice: 'lléveme a dar una vuelta por Santander' y al llegar a El Sardinero te invitan incluso a un café. Sólo quieren que los escuches, nos sucede a muchos en días de bajón. Y por la noche pasa lo mismo, pero con gente más joven. La sociedad está enferma de soledad.”

Una pregunta que muchos hacen a los taxistas curiosamente es la última que yo les hice, ¿Han llevado a algún personaje público o famoso? ”Sí, a Juan Hormaechea, que me felicitó por lo bien que según él conducía, y al alcalde Piñeiro.” “Si, y es muy curioso por que entraron al taxi dos chicas guapísimas y muy bien vestidas así como muy finas, y al llegar al Coliseum me dice un compañero que estaba dejando un servicio ahí mismo, ¡Qué, que te contaban las famosillas! Y yo sorprendido pregunté quienes eran y me dijeron que Miriam Díaz Aroca y Juncal Rivero" (Risas). “¡Arturo Fernández!, y que guapo está para lo mayor que es, muy atractivo el hombre” (respuesta de una mujer). “Al matrimonio de moda, José Campos y la Bordiú, y digan lo que digan, están encoñadisimos, por que de tres palabras que decían dos eran cariño y amor”.